jueves, 23 de octubre de 2008

Pon atención, si tienes oídos...

Lucas 14:
34 Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará?
35 Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.

Hoy en la mañana regalé un tratado a una amiga cristiana. Le dije que no es para ella, es para que lo lea y luego lo regale a un pecador y así pueda ser luz. Unos minutos atrás, ella me había dicho "¿Qué difícil es ser luz, verdad? Las personas del trabajo lo envuelven a uno".

Te pregunto: ¿Cómo debemos ser luz?



- ¿Dejando que la santidad en tí irradie y haga que todos alrededor tuyo quieran ser como tú?
- ¿Siendo una buena persona?

¡No eres una buena persona! El cristiano no es bueno como para que su "buena manera de vivir" sea excusa para no predicar el evangelio de manera audible, abriendo su boca. Además, si lees la Biblia, verás que Jesús mismo caminó en esta tierra. ¡El mismo era la luz! Y los hombres aborrecieron la luz.
Juan 3:19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

Jesús anduvo en esta tierra predicando, abriendo su boca y llamando a pecadores al arrepentimiento. Aunque podía alimentar a miles de personas con sólo partir un pan, no usó eso como excusa para no predicar. Sabía que debía hablar para que los pecadores pudieran creer (Romanos 10:13-14).
Marcos 1:14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

La Palabra de Dios es clara. Debes predicar el evangelio. Si no lo haces, eres sal que se vuelve insípida. Y esa sal es arrojada fuera. Le regalé el tratado a mi amiga cristiana. No es para ella, es para que lo comparta. El evangelio que nos ha sido encomendado no es para esconderlo, es para compartirlo.

Una vez más, Lucas 14:35:
El que tiene oídos para oír, oiga. ~ Jesucristo

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